lunes, 20 de febrero de 2012

CARTA ABIERTA DE DON GILBERT CHESTERTON A DON ALBERTO RUIZ GALLARDÓN


No es que el ministro de Justicia del Gobierno del Partido Popular pretenda ser una termita, especializada en disolver toda aquella institución partido o gobierno en el que se inserta –y se inserta mucho-: le sale de suyo, es su naturaleza.

La semana política que concluye ha estado marcada en España por la modernidad pepera, en especial por los altos cargos peperos “de alma laica” y, pasando de lo genérico a lo concreto, por la reclamación del homomonio o matrimonio homosexual. Ya saben fue un invento de Zapatero, todo un vanguardista, pero ahora el PP, en su mejor tono de derecha pagana -o sea, de “alma laica”, como creo haber dicho antes- quiere hacerlo suyo.

A lo largo de la semana, uno tras otro, todos los progres del PP han ido reclamando el mantenimiento del gaymonio, siguiendo la gran estela de mister Gallardón.

Pero el problema no es el gaymonio sino el cacao mental que anida en las mentes peperas sobre la familia, que es mucho más que la deriva sodomita. Por eso, don Alberto, como líder de las almas laicas, le trascribo una serie de ideas que pueden resultarle de lo más útil. Pero antes una aclaración chestertoniana: “Me han pedido que escriba algo sobre el matrimonio y el pensamiento moderno. Tal vez fuera más apropiado escribir sobre el matrimonio y la ausencia moderna de pensamiento”.

Empecemos:

1.El sexo es un instinto que produce una institución. Y si es algo positivo y no negativo, noble y no ruin, creador y no destructor, es porque produce esa institución llamada familia. El sexo es la puerta de esa casa pero la casa es mucho más grande que la puerta.

2.La expresión amor libre es una contradicción en dos palabras porque la naturaleza del amor es atarse a sí mismo y la institución del matrimonio no hace otra cosa que respetar la decisión de dos personas libres. Tomando en serio su palabra.

3.La relación entre esposos, entre padres e hijos, no puede ser disuelta por un mero arrebato sentimental. Una institución no equivale a una emoción.

4.Si los casados pueden divorciarse por incompatibilidad de caracteres no comprendo por qué no se han divorciado todos. Cualquier hombre y cualquier mujer tienen caracteres incompatibles.

5.Quejarme de que sólo puedo casarme una vez es como quejarme de que sólo puedo nacer una vez.

6.No puedo admitir una utopía que no permita la libertad que más estimo: la libertad de obligarme.

7.No valdría la pena comprometerse en una apuesta, si no hubiera obligación de respetarla. Los peligros y recompensas de una aventura han de ser reales si queremos que la aventura sea real. Si juro fidelidad ha de caer sobre mí la maldición en caso de infidelidad… o no tiene ningún sentido hacer promesas.

Señor Gallardón: afortunadamente para él, en tiempos de Chesterton la sodomía era lo que siempre ha sido: un mundo antinatural y tenebroso que se consentía con una sonrisa de conmiseración. Elevar la relación anal monflorita a la categoría de matrimonio nos lleva a un mundo oscuro que exige volver a empezar. Más que nada para enterarnos, no ya de lo que es el matrimonio o la familia sino de lo que es el sexo. Porque oiga, introducir el pene en el ano, no puede ser la puerta a un matrimonio o a una familia: es sólo una enorme cochinada enormemente sublimada.

Eulogio López

Fuente: Hispanidad