Las catacumbas San Calixto fueron descubiertas en 1819 y están consideradas como el más grande y complejo cementerio de la cristiandad.
domingo, 30 de junio de 2013
martes, 25 de junio de 2013
DICHOS DE SANTOS - 35
El hombre empieza por temer el día del juicio; este temor le lleva a corregirse de sus vicios, le hace vigilante con sus enemigos, le hace evitar el pecado, le vuelve a dar la vida interior, y le obliga a mortificar su carne (San Agustín In epist. S. Joann. Tract.9)
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Hemos de temer al Señor, porque podemos pecar. “El que crea estar en pie, tema no caiga” (Cor. 10,12), pues “no hay pecado cometido por hombre alguno, que no pueda cometer otro, si Dios le abandona” (San Agustín, de Carit.).
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Con una buena vida nos procuramos una buena conciencia y no tememos ningún castigo (San Agustín, Lib. 14 de Civit. c
.9).
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Temed a Dios pero, del tal modo, que esperéis siempre en su misericordia; huid cuando se indigna contra vosotros, pero huid hacia Él para aplacarle, y sin duda le aplacaréis, si esperáis siempre en su misericordia (San Agustín Pd. 146, sent. 170).
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Si no se empieza por el temor a servir a Dios, nunca se llegará a amarle (San Agustín, P.149, sent. 179).
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lunes, 24 de junio de 2013
sábado, 22 de junio de 2013
PADRE PAUL KRAMER: QUIEN DIGA QUE LA NUEVA MISA FUE LEGÍTIMAMENTE PROMULGADA, RESPALDA “FRAUDE, CISMA Y HEREJIA”
En la conferencia en Londres, Inglaterra, el 1 y 2 de Junio de 2013 patrocinada por The Recusant Newsletter, el Padre Paul Kramer habló en su conferencia sobre la legitimidad de la promulgación por parte de Paulo VI del Nuevo Rito de la Misa. Sin mencionar a MonseñorFellay, el Padre Kramer declaró que decir que el Nuevo Rito de la Misa fue “legítimamente promulgado” es, objetivamente hablando, un acto de “FRAUDE, CISMA Y HEREJIA”. La referencia fue hecha directamente a la Declaración Doctrinal de Monseñor Fellay fechada el 15 de Abril de 2012 y sometida a Roma.
Enlace para escuchar el extracto relevante de la conferencia:
Enlace para escuchar la conferencia completa:
jueves, 20 de junio de 2013
SAN SILVERIO - 20 DE JUNIO
SAN SILVERIO,
Papa y Mártir
n. 480 en Frosinone, Italia; † Noviembre del año 537
San Silverio, Papa, negó a la emperatriz Teodora restablecer al hereje Antimo en la sede de Constantinopla, y fue confinado en la isla Pontia. Se refiere que desde allí escribió en estos términos al obispo Amador: “Me alimento con el pan de la tribulación y el agua de la angustia, pero jamás he renunciado, y tampoco ahora renuncio a mi cargo”. Murió hacia el año 537, a consecuencia de los malos tratos que se le infligieron.
MEDITACIÓN
SOBRE TRES ATRIBUTOS DE DIOS
I. Dios es todopoderoso; de nadie depende, y todas las creaturas dependen de Él; y, sin embargo, ¡yo me atrevo a ofender a este Dios que puede entregarme a los suplicios eternos! Si Él está contra mí, ¿quién estaría a mi favor? ¿Dónde ocultarme si Él me persigue? Desde que pequé soy su enemigo, y no puedo vivir en paz y sin temor. ¡Ah! es que yo no medito estas verdades como debería hacerlo. A menudo repetiré este acto de fe: Creo, Señor, que sois omnipotente, y que tendréis en cuenta toda acción tanto buena como mala, porque todo Juez es remunerador en la causa sobre la cual pronuncia sentencia (Tertuliano).
II. Ese Dios será mi juez al fin de mi vida y al fin del mundo. Ese juez está presente en todas partes y a nadie teme; sabe todo lo que hago, nada puede substraerse a su conocimiento; es justísimo y la compasión no tendrá cabida en Él. Lo que hay de más tremendo es que este juez está irritado; y, a la vez, es juez y parte, porque a Él es a quien ofendí. ¿Qué será de mí, Señor, si Vos me tratáis según el rigor de vuestra justicia? Es horrible caer culpable en las manos del Dios vivo (San Pablo).
III. Dios es eterno; sus decretos son inmutables: lo que Él ha resuelto ejecutase infaliblemente; la sentencia que pronunciará contra mí nunca será revocada. Sin embargo, ¡cuán insensatos somos! ¡Preferimos la amistad inconstante de los hombres a la amistad del mismo Dios! ¡Preferimos desobedecer a Dios antes que disgustar a los hombres; nos adherimos a bienes transitorios, y despreciamos los bienes eternos e inmutables!
El temor de Dios.
Orad por la conversión de los herejes.
ORACIÓN
Pastor eterno, mirad benevolente a vuestro rebaño, y guardadlo con protección constante por vuestro bienaventurado mártir y Sumo Pontífice Silverio, a quien constituisteis pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.
miércoles, 19 de junio de 2013
LA MULTIPLICACIÓN DE LOS ERRORES DE BERGOGLIO
SYLLABUS
Una afirmación de Bergoglio de una increíble gravedad ha pasado bajo silencio: la hacemos pública y esperamos la respuesta de aquellos que prefieren engañarse en lugar de dar testimonio de la verdad. Según los Evangelios, Cristo alimentó varias veces a miles de personas con unos pocos panes y peces. Para Bergoglio no se trató de una multiplicación. ¿Se trató al menos de un milagro, naturalmente inexplicable? Bergoglio se cuida de decirlo. Queda la explicación del exégeta modernista excomulgado Loisy:
“Para Loisy, la multiplicación de los panes es una alegoría mística (aunque la relaten los tres Sinópticos) y simboliza la misma doctrina del discurso sucesivo de Jesús sobre el pan vivo, pero ni la multiplicación ni el discurso son realidades históricas” (Giuseppe Ricciotti, Vita di Gesù Cristo, n° 372).
Jorge M. Bergoglio, 16 de mayo de 2013, Ciudad del Vaticano:
“(...) Respecto a los panes y los peces quisiera agregar un matiz: no se multiplicaron, no, no es verdad. Simplemente los panes no se acabaron. Como no se acabó la harina y el aceite de la viuda. No se acabaron. Cuando uno dice multiplicar puede confundirse y creer que hace magia, no. No, no, simplemente es tal la grandeza de Dios y del amor que puso en nuestros corazones, que si queremos, lo que tenemos no se acaba (...)”.
Proposición nº 14 condenada por el Santo Oficio por el decreto Lamentabili del 7 de julio de 1907: “En muchas narraciones, los evangelistas no tanto refirieron lo que es verdad, cuanto lo que creyeron más provechoso para los lectores, aunque fuera falso”.
Fuente: Sodalitium (Italia) - Envío del P. Lázaro Romero. Visto en Diario Pregón de La Plata, 17-06-2013.
SIMBOLOGÍA EN LA TUMBA DE JUDITH ALGHISI, MADRE DE PABLO VI
Un amigo nos hizo llegar el trabajo del Padre Luigi Villa, quien fue discípulo del Padre Pío y falleciera el año pasado, titulado “Paulo VI, el Papa que cambió la Iglesia”, inserto en el número 441 de la revista Chiesa Viva del mes de septiembre de 2011.
Del referido estudio, extraemos y publicamos los párrafos que están en la página 44 y que tratan sobre la simbología que presenta la tumba de Judith Alghisi, madre de Paulo VI, la cual se encuentra en el cementerio de Verolavecchia en la provincia italiana de Brescia.
Agradecemos a A.C.R. el envió del material.

(Judith Alghisi y Giovanni Battista Montini, futuro Pablo VI)
LA BLASFEMA Y SATÁNICA TRIPLE TRINIDAD MASONICA EN LA TUMBA DE JUDITH ALGHISI, MADRE DE PAULO VI.

El eje de la figura, que pasa por el centro del agujero de la escuadra que se destaca en primer plano, es paralelo al eje vertical de las dos ánforas, en las extremidades del nivel. Significativos son los ángulos de los principales objetos representa-dos:–el eje del telescopio (o cañón): 33º =Masonería de REAA;
–el eje de la regla:27º= 3 veces 9 = 3 veces 18 =3 veces 666= declaración de guerra a Dios;
–el ángulo del objeto con forma de “V”, que aparece bajo la escuadra: 65º = 6 + 5= 11= número místico de la Cabala, pero también: 6 y 5 =Estrella de 6 puntas y Estrella de 5 puntas;
–los tres lados de la escuadra, respectivamente, son:
8º= Estrella de 8 puntas =Estrella de Lucifer;
39º=3 veces 13 =Lucifer trinitario;
54º=6 veces 9 =108=Ojo de Lucifer.
El significado de los ángulos del cuerpo con forma de “V” y de los tres lados de la escuadra, sugieren la presencia del secreto más celosa-mente custodiado de la Masonería: la Triple Trinidad masónica.
Consideremos el círculo tangente, externamente, a las dos ánforas y pasante por el punto A, extremo superior del compás.
Los dos objetos que no están contenidos completamente en este círculo son el telescopio(o cañón) y la regla. Lo que sugiere una “intersección”.
En efecto, el eje del telescopio y el eje de la regla intersectan el círculo externo en los puntos de intersección superior de los ejes de las dos ánforas con el círculo, mientras las intersecciones inferiores identifican otros dos puntos sobre el círculo.

Añadiendo a estos 4 puntos de intersección, los dos puntos de inter-sección del círculo con el eje de la figura, que pasa por el centro del círculo sobre la escuadra, se obtienen los 6 vértices de una Estrella de 6 puntas (trazada con líneas negras). Inscribiendo una Estrella de 5 puntas, en el exagono central de la Estrella de 6 puntas, se nota que el centro de las dos Estrellas no coinciden. Si se dibuja un círculo con el radio igual a la distancia entre los dos centros, se obtiene un círculo que representa el Ojo de Lucifer.
Este círculo tiene el mismo diámetro de los dos agujeros sobre la escuadra y la regla.
Ahora, uniendo los dos vértices inferiores de la Estrella de 5 puntas con el centro del Ojo de Lucifer, se obtiene la construcción completa de la blasfema y satánica Triple Trinidad masónica.
La Primera Trinidad (el masón del grado 1 o Piedra bruta) está constituida por el triángulo con línea de trazo negro, que tiene como vértice superior el centro del Ojo de Lucifer.
La Segunda Trinidad (el masón del grado 15 o Maestro, o Hombre-Dios o Piedra perfecta) está constituida por la Estrella de 5puntas, la Estrella de 6 puntas y el Círculo Central, llamado Espíritu Santo.
La Tercera Trinidad, llamada por el vértice de la Masonería Santísima e Indivisible Trinidad está constituida por el Triángulo invertido de la Estrella de cinco puntas y contienen, en el centro, el Ojo de Lucifer.
Los lados de este triángulo representan: Lucifer (lado horizontal), el Emperador del Mundo, el Patriarca del Mundo.
Esta Tercera Trinidad no es más que el Anticristo del Apocalipsis, que es el conjunto de las tres Bestias: el Dragón (Lucifer), la Primera Bestia salida del mar (Emperador del Mundo), la segunda bestia salida de la Tierra (Patriarca del mundo)
martes, 18 de junio de 2013
LA VIRTUD DE LA HUMILDAD (VII)
CAPITULO 7
De un medio muy principal para conocerse el hombre a sí mismo y
alcanzar la humildad, que es la consideración de sus
pecados.
Pasemos adelante y cavemos y ahondemos más en nuestro propio
conocimiento, demos otra azadonada ¿Pues hay más que ahondar? ¿Hay
más hondo que la nada? Sí, y aun harto más. ¿Qué? el pecado que vos
añadisteis. ¡Oh, qué cosa tan honda! Muy más hondo es eso que la nada;
porque peor es el pecado que el no ser: y mejor fuera no ser que haber
pecado; y así dijo Cristo nuestro Redentor de Judas porque le había de
vender (Mt.. 26, 24): Más le valiera no haber nacido. No hay lugar tan bajo
ni tan apartado y despreciado en los ojos de Dios entre todo lo que es y no
es, como el hombre que está en pecado mortal, desheredado del Cielo,
enemigo de Dios, sentenciado al infierno para siempre jamás. Y aunque
ahora, por la bondad del Señor, no tengáis conciencia de pecado mortal;
pero así como para conocer nuestra nada nos acordábamos del tiempo que
no teníamos ser así para conocer nuestra bajeza y miseria nos hemos de
acordar del tiempo en que estábamos en pecado. Mirad en cuán miserable
estado estabais cuando delante de los ojos de Dios estábamos feo,
desagradable y enemigo suyo, hijo de ira, obligado a los fuegos eternos; y
despreciados y abajados en el más profundo lugar que pudiereis, muy
despacio; que seguramente podéis errar que por mucho que os despreciéis
y humilléis, no podréis abajar, ni llegar al abismo del desprecio que
merece el que ofendió al infinito bien, que es Dios. No tiene suelo este
negocio, es un abismo profundísimo e infinito; porque hasta que veamos en el Cielo cuán bueno es Dios, no podemos del todo conocer cuán malo
sea el pecado, que es contra Dios, cuanto mal merece quien le comete.
¡Oh! Si anduviésemos en esta consideración, y cavásemos y
ahondásemos en esta mina de nuestros pecados y miserias, ¡cuán humildes
seriamos!, ¡cuán en poco nos tendríamos, y cuán bien recibiríamos el ser
despreciados y desestimados! Quien ha sido traidor a Dios, ¿qué
desprecios no abrazará por amor de Él? Quien trocó a Dios por un antojo y
apetito suyo y por un deleite de un momento, quien ofendió a su Criador y
Señor, y mercería estar en los infiernos para siempre jamás, ¿qué
deshonras, qué injurias, qué afrentas no recibirá de buena voluntad en
recompensa y satisfacción de las ofensas que ha cometido contra la
majestad de Dios? Decía el Profeta David (Sal., 118, 67): Antes que
viniese el azote con que Dios me aflige y me humilla, yo había hecho por
qué; yo ya había delinquido, y por eso callo no me oso quejar, porque todo
es mucho menos de lo que había de ser conforme a mis culpas. No me
habéis castigado, Señor, como yo merecía: que todo es nada cuanto
podemos padecer en esta vida, en comparación de lo que merece un solo
pecado que hubiésemos hecho. ¿No os parece que merece ser deshonrado
y despreciado quien deshonró y despreció a Dios? ¿No os parece que es
razón que sea tenido poco el que tuvo en poco a Dios? ¿No os parece que
la voluntad que se atrevió a ofender a su Criador, que merece que de ahí
adelante jamás se haga cosa que ella pretenda y quiera, en pena de su
grande atrevimiento? Y hay en esto otra cosa particular, que aunque
podemos confiar en la misericordia de Dios, que nos ha perdonado ya
nuestros pecados; pero al fin no tenemos certidumbre de ello. No sabe el
hombre, dice el Sabio (Eccl., 9, I), si le ama Dios o le aborrece. Y San
Pablo decía (I Cor., 4. 4): no me remuerde la conciencia de pecado, mas
no por eso sé si estoy justificado. ¡Y ay de mí si no lo estoy, que aunque
sea religioso, y aunque convierta a otros, poco me aprovechará! Aunque
hable con lenguas de ángeles, dice el Apóstol (I Cor, 13, 1); aunque tenga
don de profecía y sepa todas las ciencias; aunque dé toda mi hacienda a
los pobres, y aunque convierta a todo el mundo, si no tengo caridad, nada
soy y nada me aprovechará! ¡Ay de vos, si no tenéis caridad y gracia de
Dios; nada sois, y menos que nada! Gran medio es para andar uno
humillado y sentir siempre bajamente de sí y tenerse en poco, no saber si
está en gracia o si está en pecado. Sé cierto que ofendí a Dios, y no sé de
cierto si estoy perdonado: ¿quién se atreverá a levantar cabeza? ¿Quién
con esto no andará confundido y humillado debajo de la tierra?
Por esto dice San Gregorio que nos escondió Dios la gracia [porque
tengamos asegurada la gracia de la humildad]. Aunque parece penoso este
temor e incertidumbre en que Dios nos dejó, que no sepamos de cierto si
estamos en su amistad o no; empero fue merced y misericordia suya,
porque nos es esto muy provechoso para alcanzar la humildad, para
conservarla, para no despreciar a nadie por muchos pecados que haya
hecho. ¡Oh, que aquél, aunque haya hecho más pecados que yo, estará ya
perdonado y en gracia de Dios; y yo no sé si lo estoy! Sirve de espuelas
para bien obrar y no nos descuidar, sino siempre andar con temor y
humildad delante de Dios, pidiéndole perdón y misericordia, como nos lo
aconseja el Sabio (Prov., 28, 14): Bienaventurado el varón que siempre
anda con temor. (Eccli., 5, 5): [No te asegures ni vivas sin temor del
pecado perdonado]. Muy eficaz es esta consideración de los pecados para
tenernos en poco y andar siempre humildes y debajo de la tierra, y mucho
hay que cavar y ahondar en ella.
Pues si nos parásemos a considerar los efectos y daños que causó en
nosotros el pecado original, ¡cuán copiosa y abundante oratoria
hallaríamos para humillarnos y tenernos en poco! ¡Cuán estragada quedó
la naturaleza por el pecado!, que así como una piedra con el peso es
inclinada a ir hacia abajo, así por la corrupción del pecado original
tenemos una vivísima inclinación a las cosas de nuestra carne, honra y
provecho; estamos vivísimos a las cosas terrenales que nos tocan, y muy
muertos para el gusto de las cosas espirituales y divinas; manda en
nosotros lo que había de obedecer, y obedece lo que había de mandar, y,
finalmente, estamos tan miserables, que debajo del cuerpo humano y
derecho traemos escondidos apetitos de bestias y corazones encorvados
hacia la tierra. [Malo es el corazón de todos e inescrutable] ¿Quién podrá
conocer la malicia del corazón humano? (Jerem., 17, 9). Cuanto más
cavareis en esa pared, se descubrirán mayores abominaciones, como le fue
mostrado en figura a Ezequiel (8, 8).
Pues si nos ponemos a pensar nuestras culpas presentes, nos
hallaremos muy llenos de ellas, porque eso es lo que tenemos de nuestra
cosecha. ¡Cuán fáciles somos en la lengua; cuán descuidados en la guarda
del corazón; cuán inconstantes en los buenos propósitos; cuán amigos de
nuestro propio interés y regalo, cuán deseosos de cumplir nuestros
apetitos; cuán llenos estamos de amor propio, de propia voluntad y juicio;
cuán vivas tenemos todavía nuestras pasiones; cuán enteras nuestras malas
inclinaciones y cuán fácilmente nos dejamos llevar de ellas!
Dice muy bien San Gregorio, sobre aquellas palabras de Job (13, 25):
[¿Contra una hoja que se la lleva el viento, queréis mostrar vuestro
poder?], que con mucha razón se compara el hombre a la hoja del árbol,
porque así como ésta se trueca y vuelve con cada viento, así el hombre se
vuelve y muda con el viento de las pasiones y tentaciones; unas veces le
turba la ira, otras la vana alegría, otras le lleva tras sí el apetito de la
avaricia y de la ambición, otras el de la lujuria; unas veces le levanta la
soberbia, otras le acobarda y abate el temor desordenado. Y así dijo
también Isaías (64, 6): [Caímos todos como hoja de árbol, y nuestras
maldades nos arrebataron como vientos impetuosos]. Como las hojas de
los árboles son combatidas y caen con los vientos, así nosotros somos
combatidos y derribados con las tentaciones; no tenemos estabilidad ni
firmeza en la virtud ni en los buenos propósitos.
Bien tenemos de qué confundirnos y humillarnos, y no solamente
mirando a nuestros males y pecados, sino mirando a las obras que a
nosotros nos parecen muy buenas, si bien las consideramos y examinamos,
hallaremos harta ocasión materia para humillarnos por las faltas e
imperfecciones que comúnmente mezclamos en ellas, conforme a aquello
del mismo Profeta (I. e): [Venimos a ser todos impuros, y como paño
inmundo todas nuestras buenas obras] si se consideran las imperfecciones que en
ellas solemos hallar; de lo cual dijimos en otra partes, y así no será
menester alargarnos más aquí.
EJERCICIO DE PERFECCIÓN Y
VIRTUDES CRISTIANAS.
Padre Alonso Rodríguez, S.J
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ENTREVISTA A MONSEÑOR LEFEBVRE POR "LE FIGARO" EL 4 DE AGOSTO DE 1976
En esta entrevista, las declaraciones de Monseñor Lefebvre son tremendas y a la vez sumamente esclarecedoras. Parece que fue hecha para estos tiempos...
-Monseñor, no está usted al borde del cisma ?
-Esta es una cuestión que se plantean muchos católicos al leer sobre las últimas sanciones tomadas por Roma en contra nuestra. Los católicos, en su mayoría, definen o imaginan el cisma como una ruptura con el papa. No llevan más allá su investigación. Ustedes romperán con el papa o el papa lo hará con ustedes, por lo tanto irán al cisma.
¿Por qué romper con el Papa es hacer cisma? Porque en donde está el Papa está la Iglesia católica. Por lo tanto, en realidad es alejarse de la Iglesia Católica. Pero la Iglesia católica es una realidad mística que existe no solamente en el espacio o en la superficie de la tierra, sino que también en el tiempo y en la eternidad. Para que el papa represente a la Iglesia y sea su imagen, debe no solamente estar unido a ella en el espacio sino también en el tiempo, siendo la Iglesia esencialmente una tradición viva.
En la medida en que el papa se aleje de esta tradición, se hará cismático, el rompería con la Iglesia. Los teólogos como San Belarmino, Cayetano, el cardenal Journet y muchos otros han estudiado esta eventualidad. Por lo tanto no es una cosa inconcebible. Pero en lo que a nosotros concierne, es el Concilio Vaticano II y sus reformas, sus orientaciones oficiales, lo que nos preocupa, más que la actitud personal del papa, más difícil de descubrir.
Este concilio representa, tanto a los ojos de las autoridades romanas como a los nuestros, una NUEVA IGLESIA, llamada LA IGLESIA CONCILIAR.
Nosotros creemos poder afirmar, ateniéndonos a la crítica externa e interna del Vaticano II, es decir, analizando los textos y estudiando las actas y las conclusiones de este Concilio, que éste, dando la espalda a la Tradición y rompiendo con la Iglesia del pasado, es un CONCILIO CISMÁTICO. Se juzga al árbol por sus frutos. Desde entonces, toda la gran prensa mundial americana y europea, reconoce que este concilio está arruinando la Iglesia católica a tal punto que incluso los incrédulos y los gobiernos laicos se inquietan.
Un pacto de no-agresión se ha concluido entre la Iglesia y la masonería. Es a este pacto que se ha cubierto con el nombre de aggiornamento, de apertura al mundo, de ecumenismo. A partir de aquí, la Iglesia acepta ya no ser la única religión verdadera, el único camino de salvación eterna. Ella reconoce a las otras religiones como religiones hermanas. Reconoce como un derecho otorgado por la naturaleza de la persona humana, que ésta sea libre de escoger su religión y que en consecuencia un Estado católico ya no es admisible.
Admitido este NUEVO PRINCIPIO, es toda la doctrina de la Iglesia que debe cambiar su culto, su sacerdocio, sus instituciones. Porque hasta entonces, la Iglesia manifestaba que ella era la única en poseer la Verdad, el Camino y la Vida en Nuestro Señor Jesucristo, al cual poseía en persona en la santa Eucaristía, presente gracias a la continuación de Su Sacrificio. Por lo tanto es una inversión total de la tradición y de la enseñanza de la Iglesia que se operó desde el Concilio y por el Concilio.
Todos aquellos que cooperan en la aplicación de este cambio radical aceptan y se adhieren a esta nueva Iglesia conciliar como la designó Su Excelencia Monseñor Benelli, en la carta que él me dirigió en nombre del Santo Padre el pasado 25 de junio, y entran en el cisma.
La adopción de las tesis liberales por un concilio no pudo haber tenido lugar mas que en un concilio pastoral no infalible y no puede explicarse sin una secreta y minuciosa preparación que los historiadores terminarán de descubrir con gran estupefacción de los católicos que confunden a la Iglesia católica y romana eterna con la Roma humana y susceptible de ser invadida por los enemigos cubiertos de púrpura. ¿Cómo podríamos nosotros, por una obediencia servil y ciega, seguir el juego de estos cismáticos que nos piden colaborar a su empresa de DESTRUCCIÓN DE LA IGLESIA?
La autoridad delegada por Nuestro Señor al papa, a los obispos y al sacerdocio en general, está al servicio de la fe en su divinidad y de la transmisión de Su propia vida divina. Todas las instituciones divinas o eclesiásticas están destinadas a este fin. Todos los derechos, todas las leyes, no tienen otro objetivo. Servirse del derecho, de las instituciones para ANIQUILAR LA FE CATÓLICA y ya no comunicar la vida, es practicar el aborto o la contracepción espiritual. ¿Quién osará decir que un católico digno de ese nombre pueda cooperar a un crimen peor que el aborto corporal?
Es por eso que nosotros estamos sometidos y dispuestos a aceptar todo lo que es conforme a nuestra fe católica, tal cual ha sido enseñada durante dos mil años, pero nosotros rechazamos todo lo que se le opone. Se nos objeta: usted juzga a la fe católica. Pero ¿no es el deber más grave de todo católico juzgar la fe que se le enseña hoy por la fe que fue enseñada y creída durante veinte siglos y que está inscrita en los catecismos oficiales como el de Trento, el de San Pio X y en todos los catecismos anteriores al Vaticano II? ¿Cómo han actuado todos los verdaderos fieles respecto a las herejías? Han preferido derramar su sangre que traicionar su fe. Que la herejía provenga de algún portavoz tan elevado en dignidad como pueda serlo, el problema es el mismo para la salvación de nuestras almas. A este respecto, muchos fieles adolecen de una ignorancia grave de la naturaleza y de la extensión de la infabilidad del papa. Muchos piensan que cualquier palabra salida de boca del papa es infalible.
Por otra parte, tenemos la certeza de que la fe enseñada por la Iglesia durante veinte siglos no puede contener error, pero nosotros no tenemos ni mucho menos la absoluta certitud de que el papa sea verdaderamente papa. La herejía, el cisma, la excomunión ipso facto, la invalidez de la elección, son causas que eventualmente pueden hacer que un papa no lo haya sido jamás o ya no lo sea.
En ese caso, evidentemente muy excepcional, la Iglesia se encontraría en una situación parecida a la que ella sufre después del deceso de un soberano pontífice. Porque finalmente, un problema grave se plantea a la conciencia y a la fe de todos los católicos desde el principio del pontificado de Paulo VI. ¿Cómo es posible que un papa, verdadero sucesor de Pedro, con la asistencia asegurada del Espíritu Santo, pueda presidir la destrucción de la Iglesia, la más profunda y la más extendida de su historia en el espacio de tan poco tiempo, lo que ningún heresiarca jamás logró hacer?
Habrá que responder a ésta cuestión un día, pero dejando este problema a los teólogos y a los historiadores, la realidad nos constriñe a responder prácticamente según el consejo de San Vicente de Lerins: “¿Qué hará el cristiano católico si alguna parcela de la Iglesia se separa de la comunión de la ley universal? Cual otro partido tomar sino el preferirle al miembro gangrenado y corrompido, el cuerpo en conjunto que es sano, y si algún contagio nuevo se esfuerza por envenenar, ya no una pequeña parte de la Iglesia sino a toda la Iglesia completa ¡Entonces su gran preocupación será de apegarse a la antigüedad que, evidentemente, no puede ser seducida por ninguna novedad mentirosa!”
Entonces nosotros estamos bien decididos a continuar nuestra obra de restauración del sacerdocio católico pase lo que pase, persuadidos que nosotros no podemos darle un mejor servicio a la Iglesia, al papa, a los obispos y a los fieles. Que nos dejen hacer la experiencia de la Tradición.
MISA TRADICIONAL EN DAIMIEL (CIUDAD REAL)
El próximo sábado día 22 de Junio a las 18.30 h, se celebrará (D.m.) la Santa Misa Tradicional en Daimiel.
Para más información aquí: apostoladoeucaristico@hotmail.com
lunes, 17 de junio de 2013
ATAQUE DE BUDISTAS
Colombo, Sri Lanka, Arquidiócesis del cardenal Malcolm Ranjith, 5 de Junio de 2013:
Los extremistas budistas atacan a la Iglesia de San Francisco Javier. De acuerdo a la agencia PIME, los terroristas destruyeron una estatua de la Virgen María, y luego prendieron fuego al altar para profanar la Eucaristía.
También de acuerdo con la agencia del PIME, el incidente reforzó la fe de los creyentes cingaleses, pues aunque el tabernáculo fue completamente quemado por el uso de gran cantidad de keroseno, las hostias se mantuvieron intactas! “Esto es – dice un creyente – un milagro asombroso que Jesús deja un mensaje a nuestra sociedad y para los que llevaron a cabo los ataques, nadie puede destruir a Cristo y su amor, que él puso su vida por nosotros y resucitó. Nadie puede hacer nada contra él “.
En la imagen en el altar lateral izquierdo quemado y a la derecha del altar, el tabernáculo lo retiran y lo queman, pero se mantienen intactas las hostias.
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domingo, 16 de junio de 2013
MILAGROS Y PRODIGIOS DEL SANTO ESCAPULARIO DEL CARMEN - 13
MANIFIESTA DIOS A UN SIERVO SUYO LO CÉLEBRE QUE ES EL
DÍA DE SÁBADO EN EL PURGATORIO PARA LOS COFRADES
DE LA VIRGEN SANTÍSIMA DEL CARMEN
El Dr. D. José Boneta de la Plana, tan devoto de la Virgen Santísima del Carmen, en su librito intitulado “Gritos del Purgatorio” (cap. V), nos dice que el venerable y virtuoso sacerdote D. Juan Bautista Beltrán, cura de Alcora, se retiraba todas las noches a su iglesia, empleando gran parte de ellas en orar ante Jesús Sacramentado, rogando por las benditas ánimas y por todos los moribundos o agonizantes. Aconteció que, muchos viernes, los jovenzuelos del lugar, que solían salir de ronda por las calles a cortejar o galantear a las mozas con serenatas y cantares, oían, a eso de media noche, cómo tocaban por largo rato las ruedas de campanillas que estaban en el presbiterio de la iglesia.
Habiéndolas escuchado ya repetidas veces, una noche, al fin, se decidieron a satisfacer su curiosidad y saber el motivo de tales sonatas. Se aproximaron, pues, a las puertas de la iglesia, y advirtiendo que estaba sin echar la llave, decidieron entrar; mas, para no ser advertidos, empujaron suavemente la puerta, y , muy quedo y despacito, fueron deslizándose en la penumbra, y contemplaron al venerable anciano de rodillas en oración ante el Sagrario.
Estupefactos y admirados al ver que las campanitas del presbiterio se tocaban por sí solas, sin que ninguna mano visible las moviese, preguntaron al venerable párroco qué impulso o por qué arte se tocaban ellas solas.
A lo cual respondió el santo sacerdote: “Hijos míos, habéis de saber que como ya entra el sábado y van a abrirse las puertas del Purgatorio para que vuelen al Cielo las almas de los cofrades, a los cuales saca en este día de aquellas mansiones de dolor y expiación la Virgen Santísima; por eso, las almas de tales cofrades que han muerto durante esta semana, celebran acá, con estas muestras de regocijo, su buena dicha.
Quedaron edificados los jóvenes con estas palabras de su santo párroco, y decidieron ingresar todos en la santa cofradía del Escapulario del Carmen. Y los pasos que tal vez aquella noche hubieran podido acabar en ruina y perdición, finalizaron en un maravilloso ejemplo, para gloria y alabanza de María Santísima.
Milagros y Prodigios del Santo Escapulario del Carmen
por el P. Fr. Juan Fernández Martín, O.C.
viernes, 14 de junio de 2013
DICHOS DE SANTOS - 34
San Gregorio Magno
La soberbia es la reina de todos los vicios… Ella impide juzgar con equidad. Hace levantar la voz; inspira un silencio amargo, una alegría disoluta, una tristeza furiosa, actos imprudentes, un porte altivo y respuestas agrias. El alma de los soberbios es siempre fuerte para imponer una afrenta, y débil para sufrirla; es perezosa para obedecer, importuna para herir a los demás, lenta para hacer lo que debe, y dispuesta a hacer lo que no debe. Ninguna exhortación puede inclinarla hacia aquello que no desea; y por el contrario, trata de verse obligada a hacer lo que apetece (San Gregorio Magno. Lib.Moral.3).
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Claramente reconocemos que la soberbia es la más excelente señal de reprobación, y la humildad el signo de los predestinados (San Gregorio Magno. Lib.34, c.18).
jueves, 13 de junio de 2013
SAN ANTONIO DE PADUA "MARTILLO DE HEREJES"
EL GRAN TAUMATURGO DE PADUA—O DE LISBOA, SU CIUDAD NATAL—, AUNQUE TUVO UNA CORTA EXISTENCIA TERRENA, SE VOLVIÓ UNO DE LOS SANTOS MÁS POPULARES DEL MUNDO, SIENDO VENERADO TANTO EN ORIENTE CUANTO EN OCCIDENTE
“¡Alégrate, feliz Lusitania! ¡Salta de júbilo, Padua dichosa! Pues engendrasteis para la tierra y para el cielo a un varón, que bien puede compararse con un astro rutilante, ya que brillando, no sólo por la santidad de su vida y gloriosa fama de sus milagros, sino también por el esplendor que por todas partes derrama su celestial doctrina”. Éste fue el espléndido elogio que hizo de aquel santo el Papa Pío XII.1
“Doctor de la Iglesia”, “Martillo de los herejes”, “Doctor Evangélico”, “Arca del Testamento”, “Santo de todo el mundo”, son algunos de los títulos con que los Soberanos Pontífices honraron a aquel cuya vida fue, según uno de sus biógrafos, un milagro continuo.
Natural de Lisboa donde nació en 1191 ó 1195, hijo de los nobles Martín de Bouillón y Teresa de Taveira, el futuro santo recibió con el bautismo el nombre de Fernando. De buena índole, inclinado a la piedad y a las cosas santas, su formación espiritual e intelectual fue confiada a los canónigos de la Catedral de Lisboa por su padre, oficial del ejército del rey Don Alfonso.
Canónigo Regular de San Agustín
Según algunos de sus biógrafos, en la adolescencia Fernando fue acometido por una violenta tentación contra la pureza. Para aplacarla, estando en la catedral, el joven trazó una cruz con los dedos, en una columna de mármol, quedando en ella impresa como si fuese de cera. Evaluando en esa ocasión los peligros que corría, el adolescente quiso entrar al monasterio de San Vicente de Fora, de los Canónigos Regulares de San Agustín, en los alrededores de la capital portuguesa, cuando contaba con 19 años de edad.
Allí permaneció dos años, terminados los cuales, por ser muy solicitado por parientes y amigos, pidió a los superiores que lo transfirieran al monasterio Santa Cruz de Coímbra, casa madre del Instituto. Fue ordenado sacerdote en 1220. Fray Fernando, sin embargo, anhelaba abrazar un género de vida más perfecto y más de acuerdo con sus íntimas aspiraciones.
Transferencia a la Orden Franciscana
Cuando llegaron a Coímbra los restos de los cinco protomártires franciscanos, que dieron su vida por la Fe en Marruecos, Fray Fernando sintió un inmenso deseo de imitarlos, vertiendo también su sangre por Cristo.
Un día, en el verano de 1220, cuando dos franciscanos llegaron a su monasterio pidiendo limosnas, Fray Fernando les preguntó si, pasándose a su Orden, lo enviarían a tierra de moros para allá sufrir el martirio. La respuesta fue afirmativa. Al día siguiente, después de obtener a duras penas autorización de su superior, se mudó al eremitorio franciscano, donde se hizo hijo de San Francisco de Asís.
Fray Fernando cambió entonces su nombre por el del onomástico del eremitorio, Antonio, que él inmortalizaría.
De acuerdo a lo combinado, Fray Antonio fue enviado a fines de ese mismo año al África. Sin embargo, no estaba en los planes de la Providencia que él ilustrase a la Iglesia como mártir, sino con sus prédicas y santa vida. Así, al llegar al continente africano, fue atacado por una terrible enfermedad que lo retuvo en el lecho por un largo período. Los superiores decidieron que, para curarse, Fray Antonio debía volver a Portugal.
Acrisolado por la Divina Providencia
La mano de la Providencia, mientras tanto, lo deseaba en otro campo de lucha. El navío en que estaba el convaleciente, llevado por una tempestad, fue a parar en las costas de Italia, donde el santo encontró abrigo en Mesina, Sicilia. Allí supo que el seráfico San Francisco había convocado un Capítulo en Asís, para mayo de 1221. Antonio podría, por fin, ver al padre y fundador de los franciscanos y contemplar su angélica virtud.
En aquella gran asamblea el provincial de Romaña resolvió llevarlo consigo. Fray Antonio obtuvo de él permiso para permanecer en el eremitorio del Monte Paolo, a fin de entregarse al aislamiento y a la contemplación.
Mientras tanto, la mano de Dios velaba sobre él, y llegó el momento en que aquella luz debería brillar para bien del mundo entero.
Comienza su vida apostólica como gran predicador
Fue enviado a Forlí con algunos franciscanos y dominicos que deberían recibir las órdenes sagradas. El Padre Guardián del convento en que se hospedaban pidió que alguno de los presentes dijese algo para la gloria de Dios y edificación de los demás. Uno a uno, fueron todos excusándose por no estar preparados. Restaba Antonio. Sin mucha convicción el superior le mandó entonces que hablase, a falta de los demás.
Era la primera vez que Antonio hablaba en público, y entonces se vio la maravilla: de su boca salieron palabras de fuego, demostrando un profundo conocimiento teológico y de las Escrituras, todo expuesto con una lógica, claridad y concisión que conquistó a todos.
Entusiasmado, el Guardián comunicó aquel suceso al Provincial, que transmitió la noticia a San Francisco. El Poverello mandó entonces que Fray Antonio estudiase teología escolástica para dedicarse a la predicación. Poco después, en vista de sus progresos, San Francisco le ordenó que empeñase en la salvación de almas. Era el año 1222, y Fray Antonio contaba apenas con 30 ó 31 años de edad.
Fuerza irresistible de sus fogosas palabras
Según sus biógrafos, “tenía él un exterior cortés, gestos elegantes y aspecto atrayente. Su voz era fuerte, clara, agradable, y su memoria feliz. A esas ventajas, se sumaba una acción llena de gracia”. 2 Pero, “su trazo característico, el milagro constante de su existencia, es la fuerza incuestionable de su predicación, el poder de su voz sobre los corazones y las inteligencias”. 3
“Cuando fulminaba los vicios y las herejías —de las cuales el mundo estaba entonces extremadamente infectado— era como un torrente de fuego que lo revuelve todo, y al cual nadie puede resistir. [...] Frecuentemente, si bien que hablase [durante un sermón] una sola lengua, era entendido por personas de toda especie de países”. 4 De ahí su éxito extraordinario, tanto en Italia cuanto en Francia.
Milagros como en el tiempo de los Apóstoles
Las multitudes acudían, y hasta los comerciantes cerraban sus tiendas para ir a escucharlo; la ciudad y todos los alrededores literalmente paraban. Siendo pequeñas las iglesias para tanta gente —a veces llegaban a reunirse hasta 30 mil personas en un solo sermón— Antonio hablaba en las plazas públicas. Cuando terminaba, “era necesario que algunos hombres valientes y robustos lo levantasen y protegiesen de las personas que venían a besarle la mano y tocarle el hábito”. 5 El número de sacerdotes que lo acompañaban resultaba pequeño para oír después las confesiones de los que, movidos por su sermón, querían enmendarse de vida.
Sus sermones eran seguidos de milagros como no se veían desde el tiempo de los Apóstoles. Prácticamente no había cojo, ciego o paralítico que, después de recibir su bendición, no quedase sano. En una ocasión convirtió a 22 ladrones, que por curiosidad fueron a oírlo. El número de herejes convertidos por él no tiene fin.
Predica a los peces para confundir a los indiferentes
Uno de los milagros más conocidos de San Antonio fue su predicación a los peces. En Rímini, durante su sermón, el pueblo se mantuvo indiferente. Abandonando a sus oyentes, fue a predicar a la orilla del mar. Millares de peces de varios tipos y tamaños pusieron la cabeza fuera del agua para oír al santo, que había sido seguido por toda la población de la ciudad, testigo del milagro.
San Antonio fue llamado “martillo de los herejes”, porque la herejía no tuvo enemigo más formidable. Su más antigua biografía, conocida por el nombre de Assidua, relata: “Día y noche tenía discusiones con los herejes; les exponía con gran claridad el dogma católico; refutaba victoriosamente sus prejuicios; revelando en todo una ciencia admirable y una fuerza suave de persuasión que penetraba el ánimo de sus contrarios”. 6
Un heresiarca negaba la Presencia Real en el Santísimo Sacramento. Para creer, decía, quería un milagro. Y propuso lo siguiente: dejaría su mula sin comer durante tres días. Después de eso, le ofrecería heno y avena, y Fray Antonio la Hostia consagrada. Si la bestia dejase la comida para ir a adorar la Hostia, creería, dijo. Eso fue hecho delante de toda la ciudad. Y la mula hambrienta, teniendo que escoger entre el alimento y el respeto a la Hostia consagrada, fue a arrodillarse delante de ésta, que el santo sostenía en sus manos.
Desde su infancia más tierna Antonio fue devoto de la Santísima Virgen, y Ella varias veces lo socorrió. Un día, por ejemplo, en que el demonio no podía soportar más el bien que el santo hacía, lo cogió del cuello tan violentamente, que lo ahorcaba. Antonio mal pudo balbucear las palabras de la antífona a Nuestra Señora, “O Gloriosa Domina”. En ese mismo instante el demonio huyó despavorido. Recompuesto, Antonio vio a su lado a la Reina del Cielo resplandeciente de gloria.
“¡El santo murió! ¡El santo murió!”
En el año de 1231, el Fraile Antonio, sintiendo empeorar la hidropesía maligna que lo perseguía hacía tiempo, percibió que su hora llegaba y quiso morir en Padua, su ciudad de adopción. Cuando el pueblo paduano oyó decir que él estaba por llegar, acudió en tal cantidad, que los frailes que lo acompañaban, para librarlo del asedio, lo llevaron a la casa del capellán de las madres clarisas, donde falleció con apenas 40 años de edad.
Inmediatamente los niños de Padua salieron espontáneamente a las calles gritando: “¡El santo murió! ¡El santo murió!” Al mismo tiempo, en Lisboa, su ciudad natal, las campanas se pusieron a repicar por sí solas y el pueblo salió a las calles. Solamente más adelante supieron de lo ocurrido.
Tantos fueron los milagros obrados por el santo en su tumba, que llevaron al Papa Gregorio IX a canonizarlo apenas un año después de su muerte. Anualmente su festividad es conmemorada el día 13 de junio.
Notas.-
1. Pío XII, Carta Apostólica del 16 de enero de 1946, apud P. José Leite S.J., Santos de Cada Día, Editorial A. O., Braga, 1987, tomo II, p. 252.
2. Les Petits Bollandistes, Vies des Saints, d’après le Père Giry, Bloud et Barral, Éditeurs, París, 1882, t. VI, p. 617.
3. Fray Justo Pérez de Urbel O.S.B., Año Cristiano, Ediciones Fax, Madrid, 1945, t. II, p. 603.
4. P. Simon Martin, Vie des Saints, Bar-le-Duc, 1859, t. II, pp. 946-947.
5. P. Pedro de Ribadeneyra S.J., apud Dr. Eduardo María Vilarrasa, La Leyenda de Oro, L. González y Cía., Barcelona, 1896, t. II, p. 425.
6. Apud P. Leite, op. cit., p. 251.
Plinio María Solimeo
Fuente: fatima.org.pe
Visto en Tradición Digital
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