miércoles, 26 de febrero de 2014

CARNAVAL - IMÁGENES Y REFLEXIONES

Las imágenes siempre enseñan, porque  a   veces tenemos dificultad para comprender completamente las cosas.
Hoy encontré esta foto del Carnaval en Roma, del año de 1858, y recordé haber leído algo del Santo Cura de Ars sobre el carnaval y las danzas.  Sabemos que San Juan Mª Vianney nació en Dardilly, en el departamento  de Ródano, Francia, el 8 de mayo de 1786 y descansó en Dios en la ciudad de Ars-sur-Formans el 4 de agosto de 1859, por lo que este diseño es de los tiempos del santo francés.

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Observamos en ella la modestia en las ropas de la época, sobre todo comparadas con las de la actualidad,   las que hoy en día se usan en el Carnaval, en baladas,  en las graduaciones o en casi todos los eventos mundanos, al igual que para asistir a  bodas en las Iglesias Católicas!
No publicaré aquí fotografías que muestran  la inmodestia e indecencia, porque es totalmente innecesario, y aquí hay un consejo a los blogueros católicos que quieran publicar textos sobre lo dañino del Carnaval para las almas, quienes acaban ilustrándolos con imágenes que no deberían ver los ojos de los cristianos.
Sed puros, nos exhortan los Santos, incluso en las miradas!!!
La moda en sí no es un mal, hay detrás de ella todo una estructura que implica la economía tanto de los grandes centros industriales como de pequeñas poblaciones de productores de determinados  tipos de fibras o colorantes.
Usted estará de acuerdo en que las cosas cambian; si  ya no vivimos en las cavernas y no necesitamos cubrirnos con pieles, también es aceptable que el vestido también cambie, y “se actualice” por decirlo así. Después de todo, si tuviéramos  todo a fuego y espada – como pretenden los jansenistas, queriendo ajustar a las personas conforme a sus pensamientos, palabras y acciones -  todos deberíamos vestir como Jesús y María… Entonces hasta el Santo Cura de Ars estaría equivocado!!!
Véase, pues, que el sentido común es la palabra clave en todo. Hasta en la moda. Un buen católico no necesita vestirse como si viviese en 1940!!! O antes… No está prohibido, pero pareciera que se entiende que la  modestia es exclusivamente algo exterior.  Se asemejaría a aquellos sacerdotes que, ni aquí ni allá, celebran la Misa en latín porque “les parece hermosa” o quienes “ la prefieren”… Como si fuese un acto teatral simplemente.
La modestia nace en el interior, Y no surge de la nada, ni por imposición (obediencia) ciega, sino de la oración y de la lectura piadosa de los buenos libros de los Santos acerca de la modestia; del convencimiento, de que definitivamente así agrada más a Dios.
La precipitación en volverse modesta de la noche al día puede hacer que se cometan algunos errores – y acabar pareciendo más protestantes que los protestantes – o que sea sólo algo superficial, lo que no deja de ser frívolo! Y entonces vemos un arrastras las faldas de ida y vuelta sin grandes cualidades ni virtudes interiores, con las consecuencias previsibles, con el daño predecible para el alma. Y el primer efecto fácilmente perceptible  es una inmensa falta de caridad para con las jóvenes y señoras que vienen a Misa por primera vez y que acaban siendo el blanco de las miradas llenas de desprecio, e incluso a veces siendo expulsadas de la iglesia!!! ¿No sería más cristiano   si alguien educada y cortésmente les informara, o mejor todavía, les ofreciera un paño para cubrirse?
Definitivamente, el tema es el CARNAVAL y las demás fiestas mundanas, a las cuales los católicos no asisten pero terminan por estar involucrados, porque, en esos días vergonzosos para la humanidad, son obligados a ver lo que no desearían, sólo por salir a la calle, por algún compromiso u obligación. Sin hablar del Internet o la televisión, para quienes todavía ven televisión.

Falta poco para un Carnaval más, en marzo, una fiesta más de adoración al Demonio, con el sacrificio de millares, quizá millones de almas, que pierden la pureza y la castidad, que se embriagan y/o se drogan, que danzan frenéticamente,  que se desnudan de las ropas y de las virtudes. ¿Y cuáles son las consecuencias inmediatas? Accidentes de tráfico, en los cuales las personas acaban muriendo sin tener tiempo de reconciliarse con Dios. Pero sobre todo el sexo (consentido o no), el embarazo “indeseado” y los abortos consiguientes…

Y lo que más escándalo causa, como si todo lo anterior no fuese bastante, es que entre los juerguistas hay (pseudo) católicos. Católicos con todo tipo de adjetivos: modernistas, progresistas, carismáticos, de domingo solamente, no practicantes… Es decir, que ostentan el nombre de CATÓLICOS y sus actos  afectan a la Iglesia en su totalidad.

El miércoles de Ceniza (el 5 de marzo), estarán allá para recibir las cenizas y el perdón por los “crímenes premeditados”, porque pecar pensando en confesarse después… es un pecado premeditado!!!

Yo me pregunto lo que diría San Juan Mª Vianney si presenciara la mundanidad de nuestros tiempos. Luchó enérgicamente durante 25 años para acabar con las danzas en su pequeño Ars… Obtuvo éxito y, hoy, está todo peor, mucho peor.

¡En qué tiempos trastornados vivimos! ¿Hasta cuándo, Señor mío? ¿Hasta cuándo?

Para nuestra reflexión dos textos. Uno abajo, sobre el Santo de Ars y otro, un articulo publicado anteriormente, ver enlace abajo, de un texto de San Alfonso María de Ligorio: Los Dolores de María. Meditación para los días de Carnaval.

Ars era el lugar predilecto de los bailarines jóvenes de los barrios. Todo era pretexto para bailar. Para terminar con ello, el Santo Cura de Ars sostuvo 25 años de duro combate.

Explicaba que no basta evitar el pecado, además se debe huir de las ocasiones de pecar. Por eso decía: el pecado y la ocasión de pecado son la misma maldición. Atacaba así al mismo tiempo la danza y la pasión impura fomentada por ella: “No hay un solo mandamiento de la Ley de Dios que el baile no transgreda. […] Dios Mío, ¿podrán ser tan ciegos al punto de creer que no hay mal  en la danza, cuando ésta  es la cuerda con que el demonio arrastra más almas al infierno? El demonio rodea un baile como un muro cerca un jardín.  Las personas que entran en un salón de baile dejan en la puerta a su Ángel de la Guarda, y el demonio lo sustituye, de suerte que hay tantos demonios cuantos son los que danzan.”

El Santo era inexorable no solamente con quienes bailaran, sino con los que solamente asistieran al baile, pues la sensualidad también entra por los ojos.  Les negaba la absolución, a menos que prometieran nunca más hacerlo.  Al reformar la Iglesia, erigió un altar en honor de San Juan Bautista, y en su arco mandó tallar la frase: Su cabeza fue el precio de una danza!… Es de destacarse que los bailes de la época, en comparación con los de hoy, sobre todo de los           saltos frenéticos e inmorales del carnaval y las nuevas danzas modernas, eran algo inocentes, Pero era el comienzo que disparó nuestros bailes actuales.

La victoria del Padre Vianney en este campo fue total. Los bailes desaparecieron de Ars. Y no sólo los bailes, hasta algunas diversiones inofensivas que él juzgaba indignas de buenos católicos.
Junto a estos combatió también las modas que juzgaba indecentes en la época ( y que, frente al casi nudismo actual, podrían ser consideradas recatadas!). Las jóvenes, decía “con sus atractivos rebuscados e indecentes, luego darán a entender que son un instrumento del que se sirve el infierno para perder sus almas.  Solamente en el tribunal de Dios se sabrá el número de pecados de los que ellas fueron  causantes.” En la Iglesia, jamás se toleraron los escotes y los brazos desnudos


Visto en: Pale Ideas